Hoy nos hemos reunido en torno a Martina un grupo de amigas
y amigos en un almuerzo de agradecimiento por su magnífica labor en la
coordinación del Club de Lectura de Kartio, que lleva con mano firme,
haciéndonos creer que lo difícil es fácil -para ella lo es-, que la erudición
es amena y sencilla, y, ponerla al alcance de cualquiera con un lenguaje
coloquial es algo tan natural como hablar con la vecina de la compra del
mercado. Pero con ese lenguaje ella es capaz de tocar la filosofía, la política
o la calidad literaria de cualquier autor sin levantar el tono, sin
engolamiento, y lo mejor de todo, sin auto escucharse, que sería algo que, al menos
yo, no podría perdonarle.
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