OTRA VEZ SÁBADO
Sábado otra vez¡¡¡¡¡¡¡
Cómo se me multiplican, Señor, Señor¡¡¡¡¡ Creo que no tengo mamía
persecutoria, pero a saber si sí la tengo y no me doy cuenta. El caso es
que no he terminado de guardar uno, cuando de pronto, miro el
calendario y veo que es sábado. Y no se trata de que los otros días de
la semana sean tan maravillosos que se me pasan sin sentir, son como
son, con su sal y su miel, con sus cuestas de subida y de bajada, como
los de todo el mundo me imagino, pero
los sábados se me amontonan. Y mira que me gusta sentarme en la ventana y
contar lo que estoy viendo. Pero hoy, por mor de que Málaga está de
moda, y las modas traen aglomeraciones, tenemos el pistoletazo de salida
de la Vuelta Ciclista a España, y las calles cortadas al tráfico rodado
para que los ciclistas ejerzan. Y yo arriada y frustrada porque esto me
separa de mi desayuno de lobas. Y esto que naturalmente no afecta al
común de los mortales, a mí me amarga la mañana. Igual que a mí me da lo
mismo estén donde estén los huesos de un determinado muerto, y veo a mi
alrededor quién baila de alegría y quién mataría por la misma
circunstancia. La Humanidad no deja de sorprenderme y por lo mismo, cada
día me siento más loba. Mi admiración por esta especie me viene de que
me gusta su comportamiento, se desviven por sus vivos y se desentienden
totalmente de sus muertos, mientras que nuestra especie ponemos nuestra
atención y gastamos nuestras energías en los hechos más extraños, eso
sí, siempre que nos reporten popularidad, poder y dinero. Cuanto más
mejor, sin reparar ni daños, ni olvidos, ni consecuencias, y ni
siquiera, que nos llegará la última hora, y ahí quedará todo. Y seguirán
existiendo las mismas actitudes ante las mismas situaciones, porque
esto, el Organizador que lo organizase, lo organizó circular para que
cíclicamente se repita, y se repite casi como un calco, si acaso y con
suerte, podrá variar el diámetro del ciclo, pues eso, a quien le guste
rezar, que pida que nos haya tocado un círculo más desahogado, que por
mí………………..
sábado, 25 de agosto de 2018
viernes, 24 de agosto de 2018
CENA KARTIO FERIA 2.018
Un grupo de mujeres Kartio reunidas en Kaleido del Palmeral del Puerto para celebrar Málaga en Feria.
OTRA VEZ SÁBADO 18 de agosto de 2.018
OTRA
VEZ SÁBADO.-18 de agosto de 2.018
Hoy
se está dando fin, o casi, a esta Feria de Málaga de 2.018. Como de costumbre,
la gente acude y se divierte o dice que se divierte. Encuentros de amistad y
familiares, beber y comer, bailar y cantar, oír y contemplar. Y aunque no se
quiera reconocer, llega el cansancio y se respira con alivio al volver a la
rutina de la vida diaria. Y es que, queramos o no, todos los excesos son malos,
y en la Feria, en todas las ferias, se tiende al exceso, se inician con el
propósito de no perderse nada y se acaban pensando, que como en el sofá del
cuarto de estar, en ningún sitio. Especialmente yo que soy de paso lento y
trago corto. Pues eso, volvamos a la santa rutina, a las obligaciones de todos
los días del año y hagamos promesa de que el año que viene nos lo tomaremos con
más tranquilidad. Promesa que no vamos a cumplir, seguro.
Y
mientras llega la Feria que viene, si miramos al patio para ver qué nos toca,
nos encontramos a toda la casta política, corriendo de caseta en caseta para
hacerse la última foto con el pueblo llano y asegurarse el voto en las próximas
elecciones, y al pueblo llano con su mejor sonrisa, para agradecer tamaño
honor. Pero no es día, faltaría más, de hablar con quien pueda solucionar los
muchos y variados problemas del mal servicio que nos presta nuestro amado
Servicio Andaluz de Salud, que para reducir gasto lo mejor que se le ocurre es
dejar que nos muramos por nuestra cuenta. Bien mirado, si nos morimos dejamos
de gastar y pedir, que qué alivio para el tal Servicio.
Ni
tampoco es día de reclamar a quien corresponda mejor atención sobre el sistema
educativo, pilar del mundo futuro. Para qué nos vamos a poner a hacer
reflexiones serias en una caseta de feria que se ha hecho para divertirnos.
Pues divirtámonos y que viva la Feria. Que el futuro no existe. Ya lo
atenderemos cuando sea presente y se hará lo que se pueda.
Y
no pensemos, que no es el momento, de hablar de las deficiencias y malos tratos
que padecen nuestros servidores, por nombrar a alguno de forma ilustrativa,
bomberos, guardia civil, ejército, sistema judicial. Todos pagados por
nosotros, el pueblo llano contribuyente, para que nos sirvan y nos sirvan bien.
Y ni los gestores elegidos, ni a veces ellos, ni nosotros pueblo llano, ponemos
de nuestra parte lo necesario para que todo funcione mejor.
Y
hasta aquí hemos llegao, que sigue siendo Feria y quién soy yo para amargarle
la diversión a nadie.
OTRA VEZ SÁBADO 4 de agosto de 2.018
OTRA
VEZ SÁBADO.-4 de agosto de 2.018
Estoy
empezando a preguntarme si verdaderamente el año tiene sólo cincuenta y dos
sábados. Tengo la impresión de que, al menos mis últimos años, me han
multiplicado los sábados. Y no es que no me guste este día de la semana, más
bien al contrario. Lo suelo aprovechar para hacerme una reflexión, más o menos
acertada, de lo que va dando el día, y a partir de ahí, darme un baño de
soledad para leer, para soñar, que como soñar es algo que no mata la edad, ni
el talento, ni el dinero, ni requiere el permiso de nadie, que ya es un lujo
poder hacer algo para lo que no requiere pedir permiso, pues eso, sueño y
escribo.
Pero
esta mañana me he dado el permiso de releer un libro. Un libro de poemas,
escrito desde el sentimiento por un hombre joven inteligente y solidario, que
además de poeta es caballero andante, que intenta arreglar los entuertos que ve
a su paso. En su libro, convertidos en poemas, cuenta las miserias y penurias
de esa pobre gente a la que se le indica dónde está el mentiroso cuerno de la
abundancia y le ponen fronteras para que no lo alcancen. Y sueñan, porque soñar
es gratis, en saltarse las vallas que encuentran a su paso haciendo lo que sea,
en embarcarse en cáscaras de nuez para cruzar el mar que separa sus vidas, por
las que en su desesperación no tienen ningún aprecio, con un solo objetivo, el
de lograr llegar a la tierra prometida. Pero prometida por quién? Cuando a la
tierra que llega tiene, si no tantos problemas como tiene la tierra de la que
huye, tienen los suyos, y ni siquiera un mínimo de recursos para solucionar los
que traen ellos. Y nadie echa cuentas de que en un determinado punto del
planeta, por mucho que se quiera y por mucho que duela, no hay capacidad de
arreglar todos los problemas del resto del mundo. Para más, saber que esos
problemas de la pobre gente vienen generados por la gente pudiente, de aquí y
de allá.
Más
me hubiera valido no darme el permiso de releer este libro y haberme dedicado a
releer a Becquer, que sólo glosaba problemas de amor, los suyos. Y a estas
alturas los problemas de amor de mi Gustavo Adolfo no me dan dolores de cabeza.
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