sábado, 27 de octubre de 2018

OTRA VEZ SÁBADO 27 DE OCTUBRE DE 2.018


OTRA VEZ SÁBADO
Hoy es sábado por todo el día, que ya se está acabando. Pero hoy, me he sentido tan bien acompañada que no me ha dado tiempo de asomarme a esta ventana y enjaretar esas cosas que se me pasan por la cabeza los sábados. Muchos de mis sábados los dedico a platicar con la muerte, que para mí es una vieja conocida, pero por no herir sensibilidades ajenas, sé del repelús que sólo su nombre produce en gente que aprecio, ni la nombro, aunque le digo y me dice verdades como puños. Suele recordarme que lo único seguro que tenemos al nacer es que ella vendrá, no a llevarnos, vendrá a cerrarnos la puerta de la vida, y quien sabe, quizás el hecho de cerrar esa puerta, traiga incluido el abrirnos otra, que como nadie ha venido a decirnos si sí, o si no, pues tampoco sabemos si mejor o peor, y ni siquiera que sea sólo ese sueño de eternidad que traemos grabado en nuestro ADN. Aunque francamente, hay vidas que no merecen la pena, y que conste que hoy me atrevo a publicar esto en la seguridad de que nadie va a pensar que se debe a que he tenido un mal día. He tenido un día buenísimo, he estado rodeada de mujeres afines a mí en muchas cosas, que me han hecho recobrar la confianza en que, aunque yo no esté para verlo y aportar mi granito de arena, ellas son capaces de conseguir que este mundo aún tiene la posibilidad de enderezar el rumbo y ser ese lugar igualitario y en paz que muchas de nosotras hemos querido construir, sabiendo que es algo que no se logra de una generación a la siguiente. Pero si las mujeres estamos sobradas de algo es de paciencia. Y pacientemente vamos dando pasitos, siempre en la misma dirección, siempre pensando que si no da tiempo de terminar una tarea la terminará la que viene detrás.

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